El sueño como sustentador de la palabra en su sentido originario, retorno iniciático y proyección, ha supuesto uno de los fundamentos constantes en la creación universal.
Dos momentos esenciales de nuestra literatura, en su más hondo reflejo en lo universal: el renacimiento que fue absorvido por el Barroco; la contienda civil y sus circunstancias, trágico suceso en el presente siglo... surgen como remota fluencia hacia un drama -cual "razón trágica"- que supuso que un sueño histórico y personal no tuviese espacio para despertar y realizarse. Y la llamada "razón poética", concepción de María Zambrano fundida con aquella de otros pensadores -Bachelard, Jung, Nietzsche, Yourcenar... -desvelan el tejido del que brotan las diversas visiones que componen esta obra.