Tras varios viajes a América Latina por temas de cooperación durante las vacaciones de verano, la periodista Ana Basanta decide pedir una excedencia para ir a Perú, Ecuador y Colombia, donde convive con organizaciones muy diferentes entre sí que ayudan a damnificados de terremotos, a niños maltratados, a familias desestructuradas y a mineros que viven en zona de conflicto armado.

Al regresar a Barcelona escribe Halcón de los Andes, animada por compañeros y amigos que han seguido de cerca su experiencia. El libro intercalara recuerdos, fragmentos de su diario y artículos publicados con el objetivo de hacer visible el trabajo de ONG con pocos recursos que, a pesar de la dureza de la situación, siguen adelante.

San Antonio de Salas, Pomacanchi, Ambato, Illagua, San Andrés de Tumaco y Guamocó no forman parte de ninguna ruta turística. Halcón de los Andes los une y refleja la sencillez de sus gentes en un mundo de contradicciones. Por el camino, Ana conoce a Mariano, que construye una nueva casa para su familia; a Silvia, trabajadora social especializada en niños de la calle; a Mauricio, presidente de una nueva asociación defensora de los derechos humanos, a campesinos, trabajadores, amas de casa, cooperantes, alumnos, profesores, directores, padres, madres...

Las anécdotas, los toques de humor, el choque cultural y la fuerza de voluntad están presentes en las diferentes historias. Sustos con mulas enloquecidas, ser elegida madrina de promoción y caminatas de catorce horas diarias forman parte de un viaje en el que hubo que observar y querer, para comprender.